lunes, 21 de marzo de 2011

HELVETIQUEANDO




Hemos visto que las tipografías dan color a las palabras, nos ayudan a expresarnos, pueden significar cosas, o pueden no hacerlo, y pasar desapercibidas, dando total protagonismo a la imagen.
Son las dos posturas principales que encontramos entre los diseñadores en la actualidad.

El tratar la fuente como algo secundario, nos hace buscar en las diferentes tipografías una serie de propiedades: legibilidad, claridad, claridad y transparencia. Algo que, sin embargo, nos hace caer en los mismos tipos de tipografía diseño tras diseño, sin dotar de una personalidad ideal a cada uno.
Se trata, como ya he dicho antes, de hacer que la imagen prime sobre la tipografía.  De este modo, elogian a Helvética como la perfecta letra impersonal, que puede valer para todo tipo de usos: para cosas serias, para un tono más bromista, para decir Te Quiero o para decir Te Odio. 

La Helvética es una fuente que proviene de las Vanguardias, en Europa, dónde las Vanguardias han influido mucho (hay que recordar que algunos autores vanguardistas diseñaron elementos tanto para empresas como para el estado público que aun perduran en la actualidad). Fue creada en una imprenta tipográfica, en Haas, gracias al trabajo conjunto de dos personajes: Edward Haffman, el líder de dicha imprenta y la mente pensante, y Max Miedinger, el encargado de plasmar todas estas ideas en el papel mediante diversos dibujos y correcciones. Haas pertenecia a la fábrica de tipos Steipel, que a su vez pertenece a Linotype, la actual propietaria de ésta nueva fuente, que aunque en un primer momento fuera llamada "Neue Haas Grotesk" pasó a denominarse Helvética (que es Suecia en Latín) y que tendría una mayor aceptación de cara al público norteamericano.

Viendo el documental hemos podido comprobar cómo éste tipo ha conseguido todo cuanto se quería cuando se hablaba de una tipografía objetiva y transparente: expresar a la perfección cuanto quería, es legible, directo, perfecto para trabajar con retículas puesto que se adapta a la perfección (guarda las proporciones).

En la actualidad, muchas han sido las marcas que se han sumando al carro de la Helvética. La tipografía corporativa por antonomasia, está en muchos de los manuales de identidad de empresas que han pagado mucho dinero por conformarse visualmente. Donde diseñadores dan más importancia a las imágenes que a sus fuentes, sin tener en cuenta que las representaciones de dichas fuentes también forman parte de las imágenes.

Totalmente de acuerdo en que la función de la tipografía es la de poder leer lo que se nos expresa (aunque no siempre), pero bien es cierto que debemos encontrar juego a esto, que en algunos momentos la Helvética puede ser una elección adecuada, pero en otros momentos no, por lo que hemos de barajar infinidad de posibilidades.

Inusual es encontrarse a un tipógrafo en el silgo XXI. Aunque hoy en día la profesión no esté tan bien valorada cómo lo estaba en su tiempo, bien es cierto que gracias a su trabajo, podremos encontrar variedad, diferentes opciones que barajar, y no usar constantemente la misma fuente en todo cuanto diseñemos (aun más hoy en día, cuando el avance de la tecnología  y la informática nos alcanza tantas posibilidades). Bien es cierto que podemos escribir con una misma fuente de palo seco sentimientos tan opuestos como un Te Quiero o un Te Odio, pero bien es cierto que con una tipografía caligráfica también podemos expresar ese odio, o ese amor, acentuándolo con todo tipo de detalles, ligaduras y remates. 

Como la tipografía es un medio de expresión, y más para el diseño gráfico; no debemos olvidar que podemos explotarlo y sacarle mucho partido. Como futuros diseñadores, contamos con todo tipo de recursos, de programas, de libros, tutoriales y fuentes que hemos de aprovechar sin reparo, porque la verdadera creatividad no se encuentra en los recursos con que contemos, sino en qué realicemos con dichos recursos.

A diseñar se ha dicho.

lunes, 7 de marzo de 2011

DIBUJANDO LETRAS GÓTICAS

La influencia de la cultura romana se tradujo en todo. Por supuesto, en la escritura también. Dentro del esquema de una letra romana, cualquiera puede partir, perfectamente, de un cuadrado, acuartelado, dentro del cual diseñamos la letra. Para dibujar sus letras (en cuyas terminaciones, tan sólo tendría unas ligeras y sobrias florituras, como podemos ver en la siguiente imagen) los romanos utilizaban un "stilus", pero cuando hablamos de "stilus" nos estamos refiriendo a un nombre genérico (podía ser metálico...).




La mejor heramienta es el "calamus" o caña", y de hecho, hoy en día, con todos los avances que  hemos experimentado en la fabricación de plumines, aún no se ha podido superar a la caña, puesto que permite una ligera flexibilidad, al mismo tiempo que m antiene la firmeza que permite dibujar las terminaciones de las que hablábamos. Al precio que tienen hoy en día las plumas, se puede tener en consideración elaborar "calamus" caseros. Para ello, se han de buscar pequeñas cañas (las cuales tampoco son muy fáciles de encontrar), al cual se le corta la punta con una navaja muy afilada de forma transversal y se le practica, con una cuchilla de afeitar  o un cuter, un corte central en la punta. Se trata de la mejor pluma que podemos encontrar a la hora de hacer una letra romana.



Pero si lo que queremos es escribir realizando diseños con letra gótica, el "cálamus" nos sería insuficiente. Esto se debe a que la letra gótica tiene una serie de terminaciones en punta y una aperturas en zonas medias, sobre todo en rúbicas, que hace falta una pluma cuya punta sea flexible. Es por ello por lo que se comenzó a escribir con pluma de ave, la cual reunía los requisitos mencionados. Más tarde, cuando comenzaran a fabricarse plumines metálicos, todavía se podía hacer algo con aquellos viejos plumines si bien los auténticos pendolistas no tenían más remedios que seguir utilizando las plumas de ave. 


Se comenzaron a fabricar plumas de caligrafía con el plumín partido. Esto se agradeció, puesto que a veces hay que escribir mucho texto en minúsculas y siempre es un alivio poder contar con una carga de tinta. Pero cuando llega el momento de las mayúsculas y de las rubricas, arabescos, adornos... etc. el problema aumenta. Bien es cierto que se han hecho estos plumines en tres tamaños, aunque con todo esto, el problema no quedaría completamente resuelto. La ventaja que tienen dichos juegos son que algunos plumines anchos pueden resultar muy útiles en determinados momentos.



No obstante, pese a todos estos avances experimentados y la creación de todos estos juegos, no podemos evitar el recurrir a las plumas de ave (ni tampoco debemos hacerlo). Tampoco es fácil de conseguir, pero una vez contemos con ella, habremos de limpiar la punta de la pluma y seguiremos los mismos pasos que con el "cálamo" de andar por casa respecto al corte de la punta. Así, obtendríamos algo así:


En cuanto a las letras góticas, decir que está basada en seis trazos de pluma en total. En los cuales, todo el tiempo se mantiene ésta a 45º de una línea de referencia horizontal.


Las variaciones de estos 6 trazos, además, pueden ser ensamblados en orden de crear las letras. Manteniendo la pluma en contacto con la superficie de escritura al transitar del trazo 1 hacia un trazo 2 inferior, se consigue una escritura gótica muy simple. 



Decir también que su estructura viene determinada por unos cuantos principios que merece la pena entender, puesto que, una vez aprendidos estos trazos básicos, todas las minúsculas se podrán dominar fácilmente. Además, se muestra también un pequeño esquema sobre un principio cuaternario (tierra, mar, aire y fuego) y dos principios ternarios:




Debemos de mirar a estos modos antiguos de realización de tipografías, no solo de cara a incluirlas en nuestros maravillosos programas de ordenador, sino a aprender a utilizarlas y a dibujarlas también a mano, puesto que todo este tipo de influencias enriquecerán considerablemente nuestros diseños. Os animo a que os fabriquéis algún que otro utensilio y os pongáis manos a la obra.


Fuentes:


martes, 1 de marzo de 2011

LAS AVENTURAS DEL PALIMPSESTO DE ARQUÍMEDES















Hoy en día sabemos de la existencia de Palimpsestos. Se trata de una serie de manuscritos que conservaban las huellas de una escritura  anterior, borrada de manera artificial. Ésta práctica era habitualmente realizada en los monasterios, reutilizando pergaminos con textos antiguos (generalmente textos repletos de sabiduría griega, aunque considerados como paganos, y por lo tanto despreciables) borrándolos en lugar de preparar un pergamino nuevo, lo cual resultaba más costoso. En muchas ocasiones, la mayor parte del texto secundario de estos palimpsestos ha perdurado en el tiempo gracias a que no fueron borrados del todo.

Es el caso del Palimpsesto de Arquímedes, cuyo descubrimiento tuvo una gran repercusión en los medios puesto que supuso un gran avance en los métodos de investigación de este tipo de "sub-obras". Arquímedes (Siracusa, 287-212 a.C.) es considerado como uno de los más notables científicos y matemáticos de la antigüedad. Bien es cierto que las acciones de la Iglesia supusieron una criba a la evolución de la cultura, pero también hemos de decir que algunos de sus textos se han podido recuperar gracias a palimpsestos (aunque son los menos, frente a las traducciones latinas encontradas) puesto que la mayor parte de sus escritos se perdieron con la destrucción de la Biblioteca de Alejandría.

Volviendo al pergamino del que hablábamos, decir que estaba fabricado con piel de cabra, y que recogía detalles muy importantes del trabajo de este pensador, obra que se considera la base de la matemática moderna (pero que en aquellos entonces no era más que sucia patanería..). Entre los escritos se haya la única versión en griego que se conoce de su tratado sobre los "cuerpos flotantes", además de la primera copia que ha sobrevivido desde l antigüedad de su "Teoría de los Cuerpos mecánicos". En ellos, el matemático nacido en el siglo III a.C. llegó a desarrollar descripciones numéricas del mundo real.

Hoy en día, se conoce todo el proceso de evolución de dichos textos, gracias a las investigaciones científicas (sobretodo del físico Uwe Bergmann) y a la combinación entre diferentes sistemas de exploración de antiguos pergaminos.


Pero, ¿Qué le ocurrió verdaderamente al texto de Arquímedes?
La teoría a día de hoy recae en que un monje de Jerusalén llamado Johannes Myonas recicló el manuscrito, para hacer de él un palimpsesto. Para llevar a cabo esta labor, realizó lo siguiente:

1. Para empezar, se le arrancaron las hojas al libro.


2. Una vez arrancadas las hojas, estas fueron borradas: para ello raspó el pergamino, de forma que eliminó el texto original para que éste pudiera ser utilizado una vez más.

 

3. Las hojas fueron cortadas por la mitad y colocadas de lado.

 
 

4. Se escribió el nuevo texto. En concreto, el monje rellenó este papel "reciclado" con plegarias ortodoxas griegas. 

 


 5. Las nuevas páginas se encuadernaron.


 6. Más tarde, el el siglo XX, se le agregarían imágenes religiosas realizadas en pintura dorada para resaltar el valor del tomo. El resultado fue casi la total destrucción de los textos originales, dejando a penas algunos trazos de tinta original utilizada por el escriban en el siglo X.



Pero, ¿cómo se desarrolla la fluorescencia de Rayos X?

1. El texto se sometió en un primer lugar al canal rojo de una fuente de luz RGB, debilitándose y haciendo casi desaparecer las palabras.


2. La segunda opción fue tratar el texto con luz ultravioleta (UV), invisible al ojo. Pero no nos mostraba tampoco el texto en su conjunto.

 
3. La tinta del texto original contenía hierro. La exposición a los rayos UV hace que estos átomos de hierro emitan una radiación característica, brillando y dejando al descubierto ciertas palabras.


4. La solución, finalmente resultó en la combinación del canal rojo de la luz RGB con una imagen de canal azul de la ultravioleta.



No solo de mano de la iglesia, sino de mano de cualquier personaje con un cierto poder. No hemos de olvidar a Carlos III, que aunque conocido como el "mejor alcalde de Madrid", pocas personas le conocen como el rey que se dedicó a quemar todas las obras pictóricas que su familia guardaba bajo llave en los sótanos de palacio, completamente escondidas, con imágenes de desnudos para este señor "poco morales". Pese a todas estas adversidades, hemos de agradecer a los científicos el trabajo que realizan en post de la cultura, y cómo una fina ráfaga de rayos-X puede atravesar un espacio de 23 siglos para iluminar, en más de un sentido, un viejo trozo de piel de oveja que contiene, en una capa tan tenue que tan sólo la tecnología actual puede sacar a relucir.


Fuentes: