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miércoles, 27 de abril de 2011

MANUAL DE TIPOGRAFÍA



De entre las páginas del manual de tipografía, he decidido recoger dos páginas que se han repetido en cuanto a estructura a lo largo de todo el trabajo, y que, personalmente, me ha gustado mucho la forma de ser estructuradas. La primera de ellas nos muestra las instrucciones de cómo realizar una retícula mediante el Diagrama de Honnecourt. A la hora de explicar este proceso, además de ir explicando los pasos a desarrollar, incluí una serie de imágenes para que no cupiese la posibilidad de pérdida en caso de ir realizando el ejercicio usando dicho manual como muestra.


Además, a lo largo de todo el trabajo he tratado de emplear el color rojo, protagonista (puesto que en el intento de imitar un pergamino también empleo iniciales miniadas, hecho que se puede observar en la portada) a la vez que me ayuda a resaltar determinadas zonas de la imagen.


Por otro lado, he decidido incluir otra página que se ha ido repitiendo en cuanto a estructura a lo largo del trabajo. Se trata de las páginas de muestras tipográficas, con objeto de analizar estas y mostrar un ejemplo. Se puede observar como de nuevo el color rojo se emplea para resaltar los elementos a destacar. Me gustó bastante el incluir una pequeña frase que defina cada tipo de letra de un modo más "literario" que técnico. Se puede observar como en todas las páginas de muestras tipográficas encontramos también en la esquina inferior derecha el nombre de la fuente que se a analizado con anterioridad. 


Por lo general, me gustan más las primeras páginas del trabajo que las finales, puesto que son más gráficas, y porque también ha influido que a lo largo del trabajo el ánimo ha ido decayendo, el cansancio hace que se comentan más errores y por tanto también, que haya tenido que realizar más correcciones y volver a trabajar sobre lo trabajado.


Por lo general, el realizar un manual tipográfico ha sido bastante duro, de cara a que se deben de comprender a la perfección el contenido para poder plasmarlo correctamente. Por supuesto no ha sido una tarea tan ardua como debió ser la realización del manual por parte de Bodoni, pero no he muerto mientras lo realizaba y nadie ha tenido que acabarlo por mi.

lunes, 21 de marzo de 2011

HELVETIQUEANDO




Hemos visto que las tipografías dan color a las palabras, nos ayudan a expresarnos, pueden significar cosas, o pueden no hacerlo, y pasar desapercibidas, dando total protagonismo a la imagen.
Son las dos posturas principales que encontramos entre los diseñadores en la actualidad.

El tratar la fuente como algo secundario, nos hace buscar en las diferentes tipografías una serie de propiedades: legibilidad, claridad, claridad y transparencia. Algo que, sin embargo, nos hace caer en los mismos tipos de tipografía diseño tras diseño, sin dotar de una personalidad ideal a cada uno.
Se trata, como ya he dicho antes, de hacer que la imagen prime sobre la tipografía.  De este modo, elogian a Helvética como la perfecta letra impersonal, que puede valer para todo tipo de usos: para cosas serias, para un tono más bromista, para decir Te Quiero o para decir Te Odio. 

La Helvética es una fuente que proviene de las Vanguardias, en Europa, dónde las Vanguardias han influido mucho (hay que recordar que algunos autores vanguardistas diseñaron elementos tanto para empresas como para el estado público que aun perduran en la actualidad). Fue creada en una imprenta tipográfica, en Haas, gracias al trabajo conjunto de dos personajes: Edward Haffman, el líder de dicha imprenta y la mente pensante, y Max Miedinger, el encargado de plasmar todas estas ideas en el papel mediante diversos dibujos y correcciones. Haas pertenecia a la fábrica de tipos Steipel, que a su vez pertenece a Linotype, la actual propietaria de ésta nueva fuente, que aunque en un primer momento fuera llamada "Neue Haas Grotesk" pasó a denominarse Helvética (que es Suecia en Latín) y que tendría una mayor aceptación de cara al público norteamericano.

Viendo el documental hemos podido comprobar cómo éste tipo ha conseguido todo cuanto se quería cuando se hablaba de una tipografía objetiva y transparente: expresar a la perfección cuanto quería, es legible, directo, perfecto para trabajar con retículas puesto que se adapta a la perfección (guarda las proporciones).

En la actualidad, muchas han sido las marcas que se han sumando al carro de la Helvética. La tipografía corporativa por antonomasia, está en muchos de los manuales de identidad de empresas que han pagado mucho dinero por conformarse visualmente. Donde diseñadores dan más importancia a las imágenes que a sus fuentes, sin tener en cuenta que las representaciones de dichas fuentes también forman parte de las imágenes.

Totalmente de acuerdo en que la función de la tipografía es la de poder leer lo que se nos expresa (aunque no siempre), pero bien es cierto que debemos encontrar juego a esto, que en algunos momentos la Helvética puede ser una elección adecuada, pero en otros momentos no, por lo que hemos de barajar infinidad de posibilidades.

Inusual es encontrarse a un tipógrafo en el silgo XXI. Aunque hoy en día la profesión no esté tan bien valorada cómo lo estaba en su tiempo, bien es cierto que gracias a su trabajo, podremos encontrar variedad, diferentes opciones que barajar, y no usar constantemente la misma fuente en todo cuanto diseñemos (aun más hoy en día, cuando el avance de la tecnología  y la informática nos alcanza tantas posibilidades). Bien es cierto que podemos escribir con una misma fuente de palo seco sentimientos tan opuestos como un Te Quiero o un Te Odio, pero bien es cierto que con una tipografía caligráfica también podemos expresar ese odio, o ese amor, acentuándolo con todo tipo de detalles, ligaduras y remates. 

Como la tipografía es un medio de expresión, y más para el diseño gráfico; no debemos olvidar que podemos explotarlo y sacarle mucho partido. Como futuros diseñadores, contamos con todo tipo de recursos, de programas, de libros, tutoriales y fuentes que hemos de aprovechar sin reparo, porque la verdadera creatividad no se encuentra en los recursos con que contemos, sino en qué realicemos con dichos recursos.

A diseñar se ha dicho.

lunes, 7 de marzo de 2011

DIBUJANDO LETRAS GÓTICAS

La influencia de la cultura romana se tradujo en todo. Por supuesto, en la escritura también. Dentro del esquema de una letra romana, cualquiera puede partir, perfectamente, de un cuadrado, acuartelado, dentro del cual diseñamos la letra. Para dibujar sus letras (en cuyas terminaciones, tan sólo tendría unas ligeras y sobrias florituras, como podemos ver en la siguiente imagen) los romanos utilizaban un "stilus", pero cuando hablamos de "stilus" nos estamos refiriendo a un nombre genérico (podía ser metálico...).




La mejor heramienta es el "calamus" o caña", y de hecho, hoy en día, con todos los avances que  hemos experimentado en la fabricación de plumines, aún no se ha podido superar a la caña, puesto que permite una ligera flexibilidad, al mismo tiempo que m antiene la firmeza que permite dibujar las terminaciones de las que hablábamos. Al precio que tienen hoy en día las plumas, se puede tener en consideración elaborar "calamus" caseros. Para ello, se han de buscar pequeñas cañas (las cuales tampoco son muy fáciles de encontrar), al cual se le corta la punta con una navaja muy afilada de forma transversal y se le practica, con una cuchilla de afeitar  o un cuter, un corte central en la punta. Se trata de la mejor pluma que podemos encontrar a la hora de hacer una letra romana.



Pero si lo que queremos es escribir realizando diseños con letra gótica, el "cálamus" nos sería insuficiente. Esto se debe a que la letra gótica tiene una serie de terminaciones en punta y una aperturas en zonas medias, sobre todo en rúbicas, que hace falta una pluma cuya punta sea flexible. Es por ello por lo que se comenzó a escribir con pluma de ave, la cual reunía los requisitos mencionados. Más tarde, cuando comenzaran a fabricarse plumines metálicos, todavía se podía hacer algo con aquellos viejos plumines si bien los auténticos pendolistas no tenían más remedios que seguir utilizando las plumas de ave. 


Se comenzaron a fabricar plumas de caligrafía con el plumín partido. Esto se agradeció, puesto que a veces hay que escribir mucho texto en minúsculas y siempre es un alivio poder contar con una carga de tinta. Pero cuando llega el momento de las mayúsculas y de las rubricas, arabescos, adornos... etc. el problema aumenta. Bien es cierto que se han hecho estos plumines en tres tamaños, aunque con todo esto, el problema no quedaría completamente resuelto. La ventaja que tienen dichos juegos son que algunos plumines anchos pueden resultar muy útiles en determinados momentos.



No obstante, pese a todos estos avances experimentados y la creación de todos estos juegos, no podemos evitar el recurrir a las plumas de ave (ni tampoco debemos hacerlo). Tampoco es fácil de conseguir, pero una vez contemos con ella, habremos de limpiar la punta de la pluma y seguiremos los mismos pasos que con el "cálamo" de andar por casa respecto al corte de la punta. Así, obtendríamos algo así:


En cuanto a las letras góticas, decir que está basada en seis trazos de pluma en total. En los cuales, todo el tiempo se mantiene ésta a 45º de una línea de referencia horizontal.


Las variaciones de estos 6 trazos, además, pueden ser ensamblados en orden de crear las letras. Manteniendo la pluma en contacto con la superficie de escritura al transitar del trazo 1 hacia un trazo 2 inferior, se consigue una escritura gótica muy simple. 



Decir también que su estructura viene determinada por unos cuantos principios que merece la pena entender, puesto que, una vez aprendidos estos trazos básicos, todas las minúsculas se podrán dominar fácilmente. Además, se muestra también un pequeño esquema sobre un principio cuaternario (tierra, mar, aire y fuego) y dos principios ternarios:




Debemos de mirar a estos modos antiguos de realización de tipografías, no solo de cara a incluirlas en nuestros maravillosos programas de ordenador, sino a aprender a utilizarlas y a dibujarlas también a mano, puesto que todo este tipo de influencias enriquecerán considerablemente nuestros diseños. Os animo a que os fabriquéis algún que otro utensilio y os pongáis manos a la obra.


Fuentes: